- Jugar con el pelo, sacudir la cabeza.
- Echarse el pelo hacia atrás, mover la cabeza para agitarlo o jugar con él mientras se mantiene el contacto visual.
- Exhibir las muñecas.
Gesto de naturaleza evolutiva consistente, por ejemplo, en extender sobre una mesa los brazos con las palmas hacia arriba.
- Las piernas se relajan.
Relajación de las piernas, abriéndolas un poco tanto si se encuentra de pie como sentada.
Se incrementa la ondulación de caderas.
Inclinación del cuerpo hacia adelante.
- Llamar la atención con ayudas de otras mujeres
Risas, cuchicheos asociadas a miradas indirectas.
- Mirada de reojo.
Con los párpados un poco bajos, la mujer cruza la mirada con el hombre para que se dé cuenta de su interés; luego desvía la mirada. Suele repetir este ritual varias veces.
- Mirada genital.
Ocasional y brevemente, la mirada de la mujer se dirige hacia la zona genital del hombre (si está a la vista)
- Boca y labios.
La boca permanece semiabierta y moja con frecuencia los labios. Desmond Morris los considera un símbolo de la zona genital excitada. Utilización frecuente de pinta-labios en presencia o en ausencia de la otra persona.
- Acariciar objetos cilíndricos.
Lápices, el pie de una copa, cigarrillos…
- El cruce de piernas femenino.
Cruce de piernas clásico:
La mujer aprieta fuertemente un pierna contra otra dirigiendo los pies hacia delante. Suele acompañar esta posición con gestos como descruzar las piernas frecuentemente o con lentitud frente al hombre, acariciar levemente los muslos…
- Señalar con la rodilla.
Una pierna se dobla por debajo de la otra y con la rodilla de la pierna se señala el objeto de interés.
- Acaricar el zapato.
La pierna que se encuentra encima mantiene el zapato semi-fuera del pie y la chica “juega” con él.
- Señales paralingüísticas.
El tono de voz es bajo y confidencial y grave, inclinada hacia delante el tronco para dirigir la voz directamente hacia el hombre.
Indicios no verbales de que un hombre se siente atraído por otra persona:
- Postura masculina básica.
Manos en la cintura, con los codos hacia atrás.
- Postura sexual
Pulgares en el cinturón, las manos caídas, marca ndo la zona genital (postura del vaquero).
- Girar el cuerpo hacia la mujer y deslizar el pié en su dirección.
- Abrir las piernas
- Se incrementa la sudoración
Hay un cambio en el olor.
- Reacciones corporales automáticas.
Dilatación pupilar. Tensión muscular.
- Reacción “militar”. Sacar pecho, meter estómago.
- Erigirse tratando de mostrar más altura.
- La mirada.
Se vuelve persistente dirigida tanto a los ojos como a otras partes con contenido sexual (pechos, piernas, genitales).
- Arreglarse la ropa. Intentará colocarse la corbata, o el cuello de la camisa, quitar una real o pretendida pelusa…
- Se arregla los gemelos, la chaqueta o cualquier otra prenda.
- Alisarse o acariciarse el pelo.
Conclusiones sobre comunicación no verbal y atracción:
En el hombre:
- Menor variedad de indicios masculinos
- Indicios menos sutiles y más fácil de ser interpretados sexualmente.
- Escasa eficacia del estilo masculino.
- Similaridad con un estilo agresivo.
- Dependencia de la respuesta femenina.
- Poco adaptable a la respuesta femenina.
Las mujeres:
- Presentan una mayor variedad, eficacia y autosuficiencia.
- Han desarrollado otros estilos no verbales de cortejo:
El lenguaje del abanico
El lenguaje de las flores.
Lenguaje femenino de algunas zonas de China Central.
- Mayor sutilidad, menor claridad de las intenciones sexuales.
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